Si bien ocupa la presidencia de Microsoft desde hace 8 años, Ballmer por fin logró desembarcar en la "oficina de la esquina" que Bill Gates dejó vacante. Su perfil. Los desafíos de la era post Gates. Foto: Steve Ballmer (i) junto a Bill Gates. EFE
La presión de encabezar la compañía de software más grande del mundo sólo aumentará ante el fracaso del intento de hacerse con Yahoo, que forzó al buscador a lograr una alianza con su rival, Google, que cada día se acerca más a ser un competidor directo de la empresa de Redmont.
Para agregar leña al fuego, Ballmer debe enfrentarse a la tibia recepción que el último sistema operativo de la compañía, Windows Vista, ha tenido entre los usuarios.
Por primera vez en su carrera, Ballmer, de 52 años, debe llevar sobre los hombros el futuro de Microsoft sin Gates, quien pasó a un segundo plano el viernes para dedicarse a su fundación benéfica.
Su amistad se gestó en la universidad de Harvard, donde ambos vivieron en un colegio mayor lleno de "tipos antisociales buenos para las mates," según afirmó Gates.
Los amigos compartieron su amor por los números y cultivó una reputación de ser personas energéticas. Hasta el día de hoy todavía comparten juegos que llaman "el campo de las matemáticas."
Después de terminar su carrera, Ballmer entró a trabajar para Procter & Gamble, donde compartió una oficina con el actual presidente de Geneal Electric Co, Jeffrey Immelt.
Luego pasó un año en la escuela de comercio de la Universidad de Stanford, antes de que Gates lo persuadiera para dejarlo y convertirse así en el primer director de negocio de Microsoft.
Tras un mes en la compañía, se dio cuenta de que las órdenes estaban atrasadas y que sus ingenieros estaban sobre explotados.
"Decidí renunciar," confió Ballmer en la despedida de Gates. "Me dije, Dios he dejado la escuela de comercio para ser el contable de una compañía de 30 empleados," agregó.
Gates lo convenció de quedarse, en una cena donde le explicó la ambiciosa visión de Microsoft: poner una computadora en cada escritorio y en cada hogar.
DIRECCION. Ballmer es el segundo mayor accionista de Microsoft, tras Gates, con un 4,3 por ciento de las acciones de la compañía, valuada en más de 11.000 millones de dólares.
El analista de la firma de investigación Gartner, Michael Silver, describió el estilo de administración de Ballmer como "aterrador," pero le concede el crédito de ser un buen oyente y estar atento a las necesidades de los consumidores.
"Steve es brillante, es un tipo duro y es bueno en el marketing," dijo Silver. "Su personalidad puede ser imponente," agregó.
Ballmer ha acaparado los titulares de la prensa con palabras afiladas hacia sus competidores. Un vez se refirió al sistema Linux como un "cáncer" y subestimó a Google calificándolo como un "mago de un sólo truco."
Un video de Ballmer dándole su entusiasta apoyo a desarrolladores de software ha alcanzado el millón de visitas en YouTube, sin embargo esta fama virtual le otorgó el poco sentador apodo de "Monkey Boy."
"Siempre fue el contraste de Gates," aseguró Mary Jo Foley, autora del libro "Microsoft 2.0: How Microsoft Plans to Stay Relevant in the Post-Gates Era" (Microsoft 2.0: Cómo planea Microsoft permanecer en un lugar relevante en la era post Gates).
"Gates es un tipo tan serio, laborioso y metódico mientras que Ballmer sabía que para ser parte del dúo dinámico con Gates, necesitaba ser lo opuesto," afirmó.
6/30/2008
Steve Ballmer, el sucesor de Bill Gates en Microsoft
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