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3/15/2008

Arqueólogos españoles hallan tumba del año 1500 antes de Cristo

Un equipo arqueólogo español ha anunciado el hallazgo en Egipto de la tumba intacta de un arquero de alto rango, de la dinastía XI, con la inscripción “Iqer, 'el excelente'”, y con el cuerpo momificado del guerrero dentro.
Así lo anunció el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) , según el cual el equipo que dirige el arqueólogo José Manuel Galán ha realizado el hallazgo en el marco de la séptima campaña del Proyecto Djehuty, cuyos integrantes investigan las tumbas de Djehuty y de Hery, en la orilla oeste de Luxor, en la necrópolis Dra Abu el-Naga.

El ataúd, que ha sido encontrado bajo dos grandes arcos y tres bastones largos, lleva inscrito el nombre del difunto en escritura jeroglífica.

Djehuty y Hery fueron dos altos dignatarios de la corte de Hatshepsut, una de las pocas mujeres en la historia del antiguo Egipto que ejerció de faraón, en torno al año 1500 antes de Cristo, explica el comunicado del CSIC.

Junto a la cabecera del ataúd se ha encontrado también una vasija de cerámica y cinco flechas clavadas en la tierra que conservan -la mayoría de ellas- las plumas en el extremo trasero, junto a la zona donde se encaja la cuerda del arco.

José Manuel Galán ha calificado el hallazgo como “ único y sorprendente ” porque muy pocas veces los arqueólogos tienen la fortuna de descubrir un enterramiento intacto tan antiguo.

Habitualmente, explica, las tumbas que se encuentran han sido visitadas por la familia del difunto, “ para recuperar las joyas y los objetos de valor ” , o por saqueadores profesionales del siglo XIX, que ocasionaban “ grandes daños ” .

“ El arquero Iqer, enterrado con sus arcos y flechas, documenta estos años de conflicto y refleja una sociedad compleja, guerrera, a la vez que sofisticada, cultivada, intelectual y religiosa ” , según Galán.

La importancia del hallazgo radica en que la dinastía XI es un periodo de la historia de Egipto que se conoce muy poco, ya que en ese momento se produjo una guerra civil, que precedió a la unificación política del Alto y Bajo Egipto bajo un sólo monarca, Montuhotep.

El ataúd del guerrero contiene una banda de inscripción jeroglífica, que lo recorre de un lado a otro.

“ Los signos jeroglíficos están pintados de colores, con un estilo algo primitivo, incluso infantil y naif. La lechuza que representa el sonido /m/ nos pareció encantadora y las serpientes, que tienen el valor fonético /f/, fueron dibujadas con una simpática sonrisa ” .

El grupo de investigadores, formado por quince personas, está integrado por egiptólogos, arqueólogos, restauradores, arquitectos, fotógrafos y dibujantes de distintas partes del mundo. EFE

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